Saludo del Director
Maximiliano Fernández
Director
Mesumo con gusto al agradecimiento del presidente de la Diputación y del Consejo General de la Institución Gran Duque de Alba, Carlos García González, al Ayuntamiento de Candelada por su hospitalidad como anfitrión de este acto. Igualmente, me uno a su agradecimiento a los subdirectores, a la Junta Técnica, al Área de Cultura, con el diputado Javier González al frente, al personal de Presidencia y Comunicación de la Diputación, y a todos los miembros de la Institución, tanto a los que llevan muchos años colaborando con sus relevantes aportaciones científicas y académicas como a quienes se integran hoy para aportar savia nueva y seguir trabajando por nuestra provincia.
Saludo a los nuevos miembros colaboradores, con una mención especial para la miembro de honor, en su calidad de ganadora del II Premio Diputación de Ávila de las Artes ‘Florencio Galindo’, nuestra admirada artista Carmen Pacheco Rodríguez, Carmen Linares, que además es merecida doctora honoris causa por la Universidad de Sevilla, por su compromiso con la cultura y su magisterio en el arte flamenco. Y agradezco a Ana María Alonso Zarza, directora de la Sociedad Geológica y Minera de España, Premio Renovable 2024 en las Jornadas Abulenses de Energía y numeraria de la Academia de las Ciencias, que haya aceptado tomar la palabra en representación de los ingresados.
Comparto del mismo modo con el presidente el profundo sentimiento de tristeza por los numerarios y colaboradores que nos han dejado este año, entre ellos Luis Garcinuño González, a quien distinguimos por su continuada labor como secretario académico y en tantas tareas de la IGDA no solo durante el fructífero periplo de Carmelo Luis López como director, sino también en nuestra trayectoria, más corta, en la que nos ha acompañado como miembro del Consejo General, del Comité de Historia de Ávila y del Consejo de Redacción de Cuadernos Abulenses, participando, asimismo, con numerosas colaboraciones en las obras colectivas de estos cuarenta años. En el día en el que le rendimos homenaje, le recordamos, asimismo, cumpliendo su función de secretario académico exponiendo con determinación y fluidez la memoria anual.
Otros miembros, que no pueden desplazarse hoy a Candeleda, están preparando durante estas semanas los textos para el liber amicorum que le dedicaremos en los próximos meses. En este año en el que no integramos nuevos numerarios y se ha reducido el número de colaboradores como consecuencia del aumento de los requisitos para formar parte de la IGDA, valoramos especialmente el hecho de que quienes se integran en nuestro colectivo de alrededor de 550 miembros lo hacen con el compromiso hacia la investigación y difusión de los temas abulenses, con disposición a trabajar por el conocimiento de nuestra tierra y la firme voluntad de contribuir con sus aportaciones al desarrollo provincial.
En esta línea, podemos asumir que nos esperan tareas apasionantes, como disfrutar, por fin, en 2025, del volumen VIII de la Historia de Ávila y comprobar los avances en el volumen IX, que dedicaremos ya al siglo XIX; publicar nuevos números de la Serie General, Fuentes Históricas, Cuadernos Abulenses y otras colecciones; apoyar, gracias a la dotación de 55.000 euros que realiza anualmente la Diputación, a los estudiosos y equipos que presentan proyectos de investigación para elevar el conocimiento, difusión y desarrollo de la provincia; homenajear a abulenses ilustres como el gran escultor Vasco de la Zarza, fallecido en Ávila hace 500 años, y al capitán Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán, nacido en El Barco de Ávila en 1525 y fallecido en Nueva Granada en 1572, explorador en América y fundador de la ciudad de San Cristóbal (Venezuela), y también el centenario del autor teatral José María Rodríguez Méndez.
Y lo haremos, como indica el presidente de la Diputación y del Consejo General de la Institución, desde la nueva y funcional ampliación del edificio en Jimena Blázquez, con lo que regresamos a la primera ubicación de 1962, en la propia sede de la Diputación, donde permaneció, tras una breve estancia en un piso contiguo a la Cámara de la Propiedad Urbana, desde 1978 a 1990, año en el que se trasladó al Palacete de Nebreda con el resto del Área de Cultura. Esperamos seguir cumpliendo nuestros cometidos con renovada entrega y devolviendo a los abulenses la confianza que depositan en nosotros.